Irlanda: Condado de Tipperary

Experiencia, carácter y aventura. Estos tres nombres definen nuestra experiencia viajera en el condado de Tipperary (Co. Tipperary), que se encuentra en el centro del sur irlandés. Si uno de los tópicos irlandeses son los impresionantes paisajes de su territorio, esta región ofrece como ningún otro condado la oportunidad de disfrutar de lo más típico de este país.

Así mismo, la oferta es muy amplia para disfrutar en nuestro viaje. Irlanda nos propone una multitud de cosas que hacer y que ver.

Pero empecemos nuestro recorrido por una de las actracciones más desconocidas para muchos turistas, los llamados â€˜horseracing’. Durante cientos de años, esta región se ha dedicado a la cría de caballos de carreras. Excelentes jockeys y rápidos caballos se dan cita a lo largo de todo el año en un amplio calendario de carreras en esta región. Las carreras más importantes se realizan en tres ciudades de este condado: Clonmel, Thurles y Tipperary. Sin embargo, también se ofrecen al turista la posibilidad de realizar actividades ecuestres tanto si somos principiantes o expertos.

Y si de deportes hablamos, este condado es ideal para practicar deportes de aventura ya que la región cuenta con montañas, lagos, valles y ríos. Desde la pesca del salmón y la trucha en los ríos The Nenagh y The Suir o las rutas de senderismo en The Glen of Aherlow y The Galtee Mountains.

Irlanda ha mantenido siempre una herencia muy importante de los diferentes pueblos que durante siglos se asentaron en esta pequeña isla. Esta herencia también se puede rastrear en las principales poblaciones de Tipperary, disfrutando de los legendarios castillos de Cashel, Roscrea, Cahir, Nenagh, Fethard así como los diferentes museos que hay en estas poblaciones. No es casualidad que la mejor forma de recorrer Tipperary sea alquilando un coche, de esta forma disfrutaremos de todas las ofertas turísticas de la región.

Texto: Mar Palomares Marín

Foto: Edward Dullard

Mosanto la aldea de piedra en Portugal

Al sureste de la Serra da Estrela se encuentra el encantador Monsanto, una antigua aldea fortificada en la ladera de una montaña. Con casas atrapadas entre rocas gigantescas, es un espectáculo impresionante. Está situado en la vertiente de una pequeña y escarpada montaña. La cumbre de Monsanto (Mons Sanctus, que irrumpe bruscamente en la llanura) se eleva a 758 metros de altitud. En su cumbre, un castillo de la época de los templarios preside este espectacular paisaje.

El aglomerado de casas se extiende cuesta arriba, aprovechando pedruscos de granito para sus paredes y, en algunos casos, un único bloque de piedra forma el tejado, razón por la que aquí se dice que las casas son de "una sola teja".

Su aspecto no ha cambiado en siglos, con callejuelas talladas en la roca. Algunas de las casas de granito con portadas de estilo manuelino y las ruinas de un castillo que comenzó como un asentamiento fortificado lusitano, que ofrecen magníficas vistas.

Junto al castillo se encuentran las ruinas de una capilla románica, sumándose a
la hermosa atmósfera del pueblo.

La difícil subida hasta el castillo se ve compensada por uno de los más espectaculares miradores de la región.

Son típicas unas muñecas de tela realizadas a partir de una cruz de madera, se llaman Marafonas da Santa Cruz y simbolizan a una diosa de la fertilidad, no tiene ni ojos ni boca y se pone en la cama de los recién casados para dar "suerte".